sábado, 20 de febrero de 2016

Evaluación de un compañero sobre su dialogo

-El texto tiene introducción y tiene forma de dialogo.


-Puede ser que respete un poco la personalidad de Orestes, pero es tan breve lo que demuestra que no se si del todo cumple con esto.

-No siento que representa muy bien el objetivo de la obra ya que se toma muy a la ligera la muerte de su padre, y no lo toma con la importancia que debería. Para mí el psicólogo debería tomarlo con mas calma también y aconsejar a Orestes a hacer algo mejor que vengar la muerte de su madre.

-Tiene un inicio, un desarrollo, una solución y una despedida.

Historia de la lengua española. (Resumen Power Point)

El español pertenece a la familia de las lenguas románicas o romances, las cuales vienen del latín.  Estaban las lenguas prerromanas donde podemos encontrar a los iberos, los celtas, los lusitanos, tartesios y los Griegos y fenicios.


El vasco es la única de las lenguas prerromanas que se habla hoy en día. En las lenguas indoeuropeas  se habla del proto-indoeuropeo donde están las lenguas itálicas donde se encuentra el latín y dentro del latín las lenguas románicas (portugués, italiano español, sardo, catalán, rumano occitano romanche, rumano, francés y (dálmata)

El proto-indoeuropeo donde se encuentra la lengua germánica, lengua céltica, lengua italica, lenguas balto-eslávicas, griego, albanés, lenguas indoiranias, tocario y armenio se disemina.

Tenemos también una influencia árabe debido a que los árabes ya que por 7 siglos los árabes ocuparon y se hicieron cargo de la Península Ibérica. Los aportes culturales de los árabes son numerosos e importantes. Las contribuciones en cuanto a la agricultura, la arquitectura, el comercio, la medicina, la ciencia y las matemáticas se ven reflejadas en el vocabulario de origen árabe.

Las principales lenguas de latinoámerica que eran: arahuaco (taíno), náhuatl, chibcha, quechua, tupi, aimara, guaraní, y araucano (mapuche) sufrieron varias transformaciones a lo largo del tiempo gracias a las conquistas y a la intervención de extranjeros.

Madre India - El Fader en el Eca (Reseña personal)

(NO PUDE PONER UNA IMAGEN DE LA OBRA DEBIDO A QUE ESTABA PROHIBIDO, POR QUE EL FLASH DE LA CÁMARA LA DETERIORABA Y TAMBIÉN POR QUE NO LA HE ENCONTRADO EN INTERNET)

Introducción: La obra muestra a una madre amamantando a su hijo, por su aspecto racial se puede ver que es de algún país de raza negra, no creo que sea india excepto que Roig la aya echo exactamente, o sea, que la aya retratado. En si la obra es básica, por sus colores, por sus figuras, formas y profundidad.

Reseña: Roig busca retractar el amor materno, que si uno se pone a pensar ese amor es en todo el mundo igual, por más que hablen otro idioma, que tengas diferentes costumbres o incluso que seas de la otra punta del planeta.
En fin la obra me pareció básica por lo mencionado en la introducción. Pero me llamó la atención de la cara de la madre y gracias a eso me empecé a fijar en los detalles y ahí fue cuando me convenció para elegirla, ya que me gusta reírme y hacer reír a la gente la escogí.

¿Que gana y que pierde una novela que es llevada al cine?

Yo pienso que pierde muchos detalles en la película claramente por que no puede mostrarse todo, pero especialmente en esta película bastante cosas no son iguales al libro sino que han sido modificadas. Se pueden observar diferencias como:


  • La tía no aparece
  • Krebs no fue a Zyl enviado por Morodían
  • Nunca hicieron la competencia de juegos en la que Iván Drago ganó.
  • Los padres mueren en distintos momentos, en la película desaparecer al principio y en la película figuran más en la infancia Iván.
  • Iván asiste a un colegio pupilo, y en el libro se quedaba en casa con su tía.
  • En el libro se da a conocer el famoso laberinto, en la película no.
  • Es diferente el nombre de los "acuáticos" 

La literatura y el cine comparten muchos objetivos, son maneras de contar una historia de maneras distintas. Uno de los principales problemas de la adaptación de novelas es que se pierde material.

jueves, 18 de febrero de 2016

Narración: diferencias y semejanzas entre el cuento y la novela.

 

- Concepto de cuento: El cuento narra brevemente hechos imaginarios, es protagonizado por un grupo pequeño de personajes y tiene un argumento sencillo y fácil de entender.

- Concepto de novela: Una novela es una obra literaria de carácter narrativo y de cierta extensión. Está escrita en prosa y narra hechos ficticios o basados en hechos reales.

. El inventor de juegos es una novela porque es una obra extensa, dividida en capítulos... cumple con todos los requisitos que mencionaré a continuación...
  
- Principales características de una novela:

. Todo en este género es amplio, contrario al cuento que se caracteriza por la síntesis. Esto hace a la obra de naturaleza compleja, complicada. Se entrelazan varias líneas de acción, cambios de ambiente, numerosos personajes con distintas problemáticas, pero con un enlace progresivo dentro de la obra.

. Verdad que se pueda creer, el lector se tiene que identificar con ella. Esa verdad puede ser obtenida de la realidad misma o puede ser producto de su imaginación.

- Principales características de un cuento:

. Debe ser una narración breve (debemos aclarar que Un buen cuento no debe tener menos significación que una novela, ni su acción debe ser menos completa)

. A diferencia de lo que sucede en la novela, en el cuento todos los acontecimientos se encadenan en una sola sucesión de hechos.

. Todos los elementos que se mencionan en la narración del cuento están relacionados y funcionan como indicios del argumento.

Clasificación de los personajes del cuento "Los amigos" - Julio Cortazar

 "El número uno" 

 

    Es el cerebro y lider del crimen que plana para matar a Romero, jamás se menciona el nombre, ya que siempre se lo nombra como "El número uno". 


    "Beltrán"


Beltrán es autor del crimen luego de que el numero uno le da la orden, es muy cauteloso a la hora de cometer el crimen, analiza todo los finales posibles.

 

     "Romero"


   Romero es la victima de la historia, es descrito como una persona astuta y rápida.

Mapa de los hechos "Los amigos" - Julio Cortazar

Que tipo de cuento es "Los amigos" - Julio Cortazar

Para mi este cuento se podría decir que es un relato policial, por que la historia trata de la planificación para realizar un crimen, en general los relatos policiales se realizan en un ambiente urbano.

Comparación de "El almohadón de plumas" - Horacio Quiroga

En el Video: 
Alicia tiene el pelo de color morocho (negro).
Ella ve chanchos y no fantasmas
Los personajes no hablan.

En el cuento:
Alicia tiene el pelo de color rubio (amarillo).
En el cuento tiene la posibilidad de explayarse mas en detalles, sucesos, descripciones del personajes, etc.
Los personajes se comunican entre si.

Cortometraje de "El almohadón de plumas" - Horacio Quiroga

Reseña de "A la deriva" - Horacio Quiroga

El cuento trata de un hombre que vivía en Misiones, Argentina; llamado Paulino que una mañana estaba en la selva y una serpiente lo mordió, así fue que decide subir a su canoa para llegar a Tacurú-Pucú para curar su herida, pero tiene que apurarse por que el veneno de la mordida de la serpiente empieza a invadir de a poco todo su cuerpo, para llegar a su destino debe ir por el Río Panamá pero ocurre un final no esperado, se podría decir, trágico.


Opinión persona: Es una historia corta y muy atrapante y ese es el tipo de cuentos que a mi me gustan por que no soy persistente con una lectura y casi nunca encuentro algo que me interese (Exceptuando los libros, notas, biografías, etc. del mundo del deporte).

Mapa donde transcurre la historia de "A la dervia" - Julio Cortazar


miércoles, 17 de febrero de 2016

Audiolibro: "El avión de la bella durmiente"

http://www.spreaker.com/user/gabiover0804/el-avion-de-la-bella-durmiente

Audiolibro: "Me alquilo para soñar"

http://www.spreaker.com/user/gabiover0804/me-anquilo-para-sonar

Biografía Julio Cortazar (con oraciones en SE)

Biografía Julio Cortazar (con oraciones en SE)

Se graduó de bachiller (luego de cursar sus estudios secundarios en San José) en el Colegio Liceo de Zipaquirá, el 12 de diciembre de 1946.  Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Bogotá el 25 de febrero. Se hizo muy amigo del médico y escritor Manuel Zapata Olivella y eso le permitió acceder al periodismo. Se casó en Barranquilla en 1958 con Mercedes Barcha. Se convirtió en padre de Rodrigo en 1959, quien luego se convirtió en cineasta. Se publico su primera obra "La hojarasca", en la que ya apuntaba los rasgos más característicos de su obra de ficción. Se hizo conocido gracias a su obra "Cien años de soledad" en junio de 1967, en una semana vendió 8000 copias. Se tradujo a más de veinticuatro idiomas, y ganó cuatro premios internacionales. Se escogio como uno de los mejores doce libros del año en Estados Unidos. Se murió el jueves 17 de abril de 2014, a los 87 años, en la ciudad de México Gabriel García Márquez uno de los autores más admirado y reconocido de la literatura latinoamericana.

Biografía de Edgar Allan Poe

  Biografía de Edgar Allan Poe


 Nació en 1809. Edgar Allan Poe era hijo de Elizabeth Arlold Poe y David Poe, actores ambulantes de teatro, quienes lo dejaron huérfano a los dos años. Fue educado por John Allan, un acaudalado hombre de negocios de Richmond, y de 1815 a 1820 vivió con éste y su esposa en el Reino Unido, donde comenzó su educación.

  Después de regresar a los Estados Unidos, Edgar Allan Poe siguió estudiando en centros privados y asistió a la Universidad de Virginia, pero en 1827 su afición al juego y a la bebida le acarreó la expulsión. Abandonó poco después el puesto de empleado que le había asignado su padre adoptivo, y viajó a Boston, donde publicó anónimamente su primer libro, Tamerlán y otros poemas.

Se enroló luego en el ejército, en el que permaneció dos años.
La miseria y el hambre lo acompañaron, por motivos económicos pronto dirigió sus esfuerzos a la prosa, escribiendo relatos y crítica literaria para algunos periódicos de la época; llegó a adquirir cierta notoriedad por su estilo cáustico y elegante. Debido a su trabajo, vivió en varias ciudades: Baltimore, Filadelfia y Nueva York. En Baltimore, en 1835, contrajo matrimonio con su prima Virginia Clemm, que contaba a la sazón 13 años de edad. En enero de 1845, publicó un poema que le haría célebre: "El cuervo". Su mujer murió de tuberculosis dos años más tarde. Aún hundido en la desolación, el autor terminó, en 1849, el poema "Eureka". Con la muerte de Virginia, la vida de Poe se vino abajo.

Falleció el 7 de octubre de 1849. Sus últimas palabras fueron "que dios ayude a mi pobre alma".

Biografía de Franz Kafka

Biografía de Franz Kafka 
Nació el 3 de julio de 1883 en Praga, en el seno de una familia acomodada perteneciente a la minoría judía de lengua alemana.

Hijo de un comerciante que agobió su existencia, en Carta al padre, escrita en 1919, expresa sus sentimientos de inferioridad y de rechazo paterno. Vivió con su familia la mayor parte de su vida y no llegó a casarse, aunque estuvo prometido en dos ocasiones. Su difícil relación con Felice Bauer, una joven alemana a la que pretendió entre 1912 y 1917, puede ser analizada en Cartas a Felice (publicadas en 1967 tras la muerte de ésta última).

Aparte del alemán, dominaba el checo, francés, latín, griego y el hebreo. La fuerza de su obra ha sido tan importante que el término kafkiano se aplica a situaciones sociales angustiosas o grotescas, o a su tratamiento en la literatura. Su estilo mezcla con naturalidad fantasía y realidad, dando a su obra un aire claustrofóbico, como por ejemplo en su relato La metamorfosis (1915). Gregorio Samsa, el protagonista, un agente de seguros, descubre al despertar una mañana que se ha convertido en un enorme insecto; su familia lo rechaza y deja que muera solo. Otro de sus relatos, En la colonia penitenciaria (1919), es una fantasía sobre las cárceles y la tortura. 

Biografía de Rodolfo Walsh

Biografía de Rodolfo Walsh.

 

Descendiente de irlandeses, nació el 9 de enero de 1927 en localidad de Choel-Choel, provincia de Río Negro. Fue escritor,periodista, traductor y asesor de colecciones. Su obra recorre especialmente el género policial, periodístico y testimonial.

 

Walsh resolvió no exiliarse y permanecer en la Argentina hasta que, apenas comenzada la escalada terrorista del golpe militar, fue sacado a la fuerza de su casa y llevado hacia una muerte casi segura. Rodolfo Walsh fue uno de los más de treinta mil desaparecidos durante la dictadura militar de los años 1976-1983. La desaparición de Rodolfo Walsh en 1977, después de haber escrito una "Carta abierta a la Junta Militar", influyó durante años la lectura de su obra. Pero cuando sus textos volvieron a estar libres de prohibiciones y censuras se comprobó que, junto a la figura del militante político, se erigía la de uno de los narradores más sólidos y dotados de la segunda mitad del siglo XX en Argentina.

Biografía de Julio Cortazar

 Biografía de Julio Cortázar.

 

  Nació el 26 de agosto de 1914 en Bruselas, aunque su familia se trasladó muy pronto a Buenos Aires, llegando a Argentina con cuatro años. Sus padres eran argentinos. Cursó estudios en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta. En 1932, obtiene el título de Maestro. Tres años más tarde obtiene el título de Profesor Normal en Letras e ingresa en la Facultad de Filosofía y Letras. Era profesor de Lengua y Literatura francesa en varios institutos de la provincia de Buenos Aires.

  Su primer cuento,La Casa Tomada, fue publicado en 1946 por un periódico literario llamado Anales de Buenos Aires, por iniciativa de su director, Jorge Luis Borges.
Residió en Argentina, España y Suiza. En el año 1981 se le otorgó la ciudadanía francesa. Julio Cortázar falleció el 12 de febrero de 1984 en París a causa de leucemia. 

Biografía de Roberto J. Payró

  Biografía de Roberto Payró. 

      

   19 de abril de 1867 - 8 de abril de 1928 

 

    Roberto Jorge Payró nació el 19 de abril de 1867 en Mercedes, Provincia de Buenos Aires. Fue un escritor, periodista, novelista, cuentista y dramaturgo argentino. Fue uno de los argentinos sobresalientes de los finales del siglo XIX y de la llamada generación del Centenario.
    Se inició en la actividad periodística como colaborador de diferentes medios bonaerenses y, más tarde fue fundador del diario de Bahía Blanca “La Tribuna”. Luego se trasladó a Buenos Aires donde se destacó como redactor del diario La Nación. Allí alcanzó un enorme prestigio por la calidad de su prosa y la desbordante imaginación de sus artículos. Enviado frecuentemente al interior del país, y también al exterior, por sus crónicas de viaje y sus relatos costumbristas se convirtió en uno de los hombres de prensa más talentosos de la Argentina. En 1890 fue redactor del diario "La Nación". 

Algunas de sus reconocidas obras fueron

La Australia Argentina.
En tierras de Inti
El falso Inca (1905)
El casamiento de Laucha (1906)
Pago Chico (1908)
Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira (1910)
El capitán Vergara (1925)
El Mar Dulce (1927)

Muere el 8 de abril de 1928 en Lomas de Zamora provincia de Buenos Aires a la edad de 60 años.

Biografía de Horacio Quiroga

Biografía de Horacio Quiroga.

 

Horacio Quiroga nació en Salto, Uruguay en 1878,  fue un narrador uruguayo que se radico en Argentina.
Estudió en Montevideo y comenzó a interesarse por la literatura. En 1897 hace sus primeras colaboraciones en medios periodísticos, en 1898 escribió “Una estación de amor”, marchó a Europa y resumió sus recuerdos de esta experiencia en Diario de viaje a París (1900).
A su regreso fundó el   Consistorio del Gay Saber, que pese a su corta existencia presidió la vida literaria de Montevideo.
En 1903 trabaja como profesor de castellano y acompaña, como fotógrafo, a Leopoldo Lugones en una expedición a la provincia de Misiones. El viaje lo deslumbra y vivirá allí durante largos años, lugar donde encuentra el escenario y los personajes de los cuentos que lo hicieron famoso. 
En 1909 se radicó precisamente en la provincia de Misiones, donde se desempeñó como juez de paz en San Ignacio.
Una vida dramática, siempre cercana a la estrechez económica, matrimonios conflictivos, experiencias con el hachís y el constante cerco del suicidio, alimentan su tarea cuentista. En 1935 publicó su último libro de cuentos, “Más allá”. Hospitalizado en Buenos Aires el 19 de febrero de 1937 muere allí  por ingestión de cianuro poco después de enterarse que sufre de cáncer gástrico. En octubre de 1938 se suicida Alfonsina Storni por quien sostuvo una profunda pasión. En 1939 se suicida su hija Egle. Años después, su hijo Darío también haría lo mismo. 

"El corazón delator" - Edgar Allan Poe

"El corazón delator" -Edgar Allan Poe

 

¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen... y observen con cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia.
Me es imposible decir cómo aquella idea me entró en la cabeza por primera vez; pero, una vez concebida, me acosó noche y día. Yo no perseguía ningún propósito. Ni tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de un buitre... Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me helaba la sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al viejo y librarme de aquel ojo para siempre.
Presten atención ahora. Ustedes me toman por loco. Pero los locos no saben nada. En cambio... ¡Si hubieran podido verme! ¡Si hubieran podido ver con qué habilidad procedí! ¡Con qué cuidado... con qué previsión... con qué disimulo me puse a la obra! Jamás fui más amable con el viejo que la semana antes de matarlo. Todas las noches, hacia las doce, hacía yo girar el picaporte de su puerta y la abría... ¡oh, tan suavemente! Y entonces, cuando la abertura era lo bastante grande para pasar la cabeza, levantaba una linterna sorda, cerrada, completamente cerrada, de manera que no se viera ninguna luz, y tras ella pasaba la cabeza. ¡Oh, ustedes se hubieran reído al ver cuán astutamente pasaba la cabeza! La movía lentamente... muy, muy lentamente, a fin de no perturbar el sueño del viejo. Me llevaba una hora entera introducir completamente la cabeza por la abertura de la puerta, hasta verlo tendido en su cama. ¿Eh? ¿Es que un loco hubiera sido tan prudente como yo? Y entonces, cuando tenía la cabeza completamente dentro del cuarto, abría la linterna cautelosamente... ¡oh, tan cautelosamente! Sí, cautelosamente iba abriendo la linterna (pues crujían las bisagras), la iba abriendo lo suficiente para que un solo rayo de luz cayera sobre el ojo de buitre. Y esto lo hice durante siete largas noches... cada noche, a las doce... pero siempre encontré el ojo cerrado, y por eso me era imposible cumplir mi obra, porque no era el viejo quien me irritaba, sino el mal de ojo. Y por la mañana, apenas iniciado el día, entraba sin miedo en su habitación y le hablaba resueltamente, llamándolo por su nombre con voz cordial y preguntándole cómo había pasado la noche. Ya ven ustedes que tendría que haber sido un viejo muy astuto para sospechar que todas las noches, justamente a las doce, iba yo a mirarlo mientras dormía.
Al llegar la octava noche, procedí con mayor cautela que de costumbre al abrir la puerta. El minutero de un reloj se mueve con más rapidez de lo que se movía mi mano. Jamás, antes de aquella noche, había sentido el alcance de mis facultades, de mi sagacidad. Apenas lograba contener mi impresión de triunfo. ¡Pensar que estaba ahí, abriendo poco a poco la puerta, y que él ni siquiera soñaba con mis secretas intenciones o pensamientos! Me reí entre dientes ante esta idea, y quizá me oyó, porque lo sentí moverse repentinamente en la cama, como si se sobresaltara. Ustedes pensarán que me eché hacia atrás... pero no. Su cuarto estaba tan negro como la pez, ya que el viejo cerraba completamente las persianas por miedo a los ladrones; yo sabía que le era imposible distinguir la abertura de la puerta, y seguí empujando suavemente, suavemente.
Había ya pasado la cabeza y me disponía a abrir la linterna, cuando mi pulgar resbaló en el cierre metálico y el viejo se enderezó en el lecho, gritando:
-¿Quién está ahí?
Permanecí inmóvil, sin decir palabra. Durante una hora entera no moví un solo músculo, y en todo ese tiempo no oí que volviera a tenderse en la cama. Seguía sentado, escuchando... tal como yo lo había hecho, noche tras noche, mientras escuchaba en la pared los taladros cuyo sonido anuncia la muerte.
Oí de pronto un leve quejido, y supe que era el quejido que nace del terror. No expresaba dolor o pena... ¡oh, no! Era el ahogado sonido que brota del fondo del alma cuando el espanto la sobrecoge. Bien conocía yo ese sonido. Muchas noches, justamente a las doce, cuando el mundo entero dormía, surgió de mi pecho, ahondando con su espantoso eco los terrores que me enloquecían. Repito que lo conocía bien. Comprendí lo que estaba sintiendo el viejo y le tuve lástima, aunque me reía en el fondo de mi corazón. Comprendí que había estado despierto desde el primer leve ruido, cuando se movió en la cama. Había tratado de decirse que aquel ruido no era nada, pero sin conseguirlo. Pensaba: "No es más que el viento en la chimenea... o un grillo que chirrió una sola vez". Sí, había tratado de darse ánimo con esas suposiciones, pero todo era en vano. Todo era en vano, porque la Muerte se había aproximado a él, deslizándose furtiva, y envolvía a su víctima. Y la fúnebre influencia de aquella sombra imperceptible era la que lo movía a sentir -aunque no podía verla ni oírla-, a sentir la presencia de mi cabeza dentro de la habitación.
Después de haber esperado largo tiempo, con toda paciencia, sin oír que volviera a acostarse, resolví abrir una pequeña, una pequeñísima ranura en la linterna.
Así lo hice -no pueden imaginarse ustedes con qué cuidado, con qué inmenso cuidado-, hasta que un fino rayo de luz, semejante al hilo de la araña, brotó de la ranura y cayó de lleno sobre el ojo de buitre.
Estaba abierto, abierto de par en par... y yo empecé a enfurecerme mientras lo miraba. Lo vi con toda claridad, de un azul apagado y con aquella horrible tela que me helaba hasta el tuétano. Pero no podía ver nada de la cara o del cuerpo del viejo, pues, como movido por un instinto, había orientado el haz de luz exactamente hacia el punto maldito.
¿No les he dicho ya que lo que toman erradamente por locura es sólo una excesiva agudeza de los sentidos? En aquel momento llegó a mis oídos un resonar apagado y presuroso, como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. Aquel sonido también me era familiar. Era el latir del corazón del viejo. Aumentó aún más mi furia, tal como el redoblar de un tambor estimula el coraje de un soldado.
Pero, incluso entonces, me contuve y seguí callado. Apenas si respiraba. Sostenía la linterna de modo que no se moviera, tratando de mantener con toda la firmeza posible el haz de luz sobre el ojo. Entretanto, el infernal latir del corazón iba en aumento. Se hacía cada vez más rápido, cada vez más fuerte, momento a momento. El espanto del viejo tenía que ser terrible. ¡Cada vez más fuerte, más fuerte! ¿Me siguen ustedes con atención? Les he dicho que soy nervioso. Sí, lo soy. Y ahora, a medianoche, en el terrible silencio de aquella antigua casa, un resonar tan extraño como aquél me llenó de un horror incontrolable. Sin embargo, me contuve todavía algunos minutos y permanecí inmóvil. ¡Pero el latido crecía cada vez más fuerte, más fuerte! Me pareció que aquel corazón iba a estallar. Y una nueva ansiedad se apoderó de mí... ¡Algún vecino podía escuchar aquel sonido! ¡La hora del viejo había sonado! Lanzando un alarido, abrí del todo la linterna y me precipité en la habitación. El viejo clamó una vez... nada más que una vez. Me bastó un segundo para arrojarlo al suelo y echarle encima el pesado colchón. Sonreí alegremente al ver lo fácil que me había resultado todo. Pero, durante varios minutos, el corazón siguió latiendo con un sonido ahogado. Claro que no me preocupaba, pues nadie podría escucharlo a través de las paredes. Cesó, por fin, de latir. El viejo había muerto. Levanté el colchón y examiné el cadáver. Sí, estaba muerto, completamente muerto. Apoyé la mano sobre el corazón y la mantuve así largo tiempo. No se sentía el menor latido. El viejo estaba bien muerto. Su ojo no volvería a molestarme.
Si ustedes continúan tomándome por loco dejarán de hacerlo cuando les describa las astutas precauciones que adopté para esconder el cadáver. La noche avanzaba, mientras yo cumplía mi trabajo con rapidez, pero en silencio. Ante todo descuarticé el cadáver. Le corté la cabeza, brazos y piernas.
Levanté luego tres planchas del piso de la habitación y escondí los restos en el hueco. Volví a colocar los tablones con tanta habilidad que ningún ojo humano -ni siquiera el suyo- hubiera podido advertir la menor diferencia. No había nada que lavar... ninguna mancha... ningún rastro de sangre. Yo era demasiado precavido para eso. Una cuba había recogido todo... ¡ja, ja!
Cuando hube terminado mi tarea eran las cuatro de la madrugada, pero seguía tan oscuro como a medianoche. En momentos en que se oían las campanadas de la hora, golpearon a la puerta de la calle. Acudí a abrir con toda tranquilidad, pues ¿qué podía temer ahora?
Hallé a tres caballeros, que se presentaron muy civilmente como oficiales de policía. Durante la noche, un vecino había escuchado un alarido, por lo cual se sospechaba la posibilidad de algún atentado. Al recibir este informe en el puesto de policía, habían comisionado a los tres agentes para que registraran el lugar.
Sonreí, pues... ¿qué tenía que temer? Di la bienvenida a los oficiales y les expliqué que yo había lanzado aquel grito durante una pesadilla. Les hice saber que el viejo se había ausentado a la campaña. Llevé a los visitantes a recorrer la casa y los invité a que revisaran, a que revisaran bien. Finalmente, acabé conduciéndolos a la habitación del muerto. Les mostré sus caudales intactos y cómo cada cosa se hallaba en su lugar. En el entusiasmo de mis confidencias traje sillas a la habitación y pedí a los tres caballeros que descansaran allí de su fatiga, mientras yo mismo, con la audacia de mi perfecto triunfo, colocaba mi silla en el exacto punto bajo el cual reposaba el cadáver de mi víctima.
Los oficiales se sentían satisfechos. Mis modales los habían convencido. Por mi parte, me hallaba perfectamente cómodo. Sentáronse y hablaron de cosas comunes, mientras yo les contestaba con animación. Mas, al cabo de un rato, empecé a notar que me ponía pálido y deseé que se marcharan. Me dolía la cabeza y creía percibir un zumbido en los oídos; pero los policías continuaban sentados y charlando. El zumbido se hizo más intenso; seguía resonando y era cada vez más intenso. Hablé en voz muy alta para librarme de esa sensación, pero continuaba lo mismo y se iba haciendo cada vez más clara... hasta que, al fin, me di cuenta de que aquel sonido no se producía dentro de mis oídos.
Sin duda, debí de ponerme muy pálido, pero seguí hablando con creciente soltura y levantando mucho la voz. Empero, el sonido aumentaba... ¿y que podía hacer yo? Era un resonar apagado y presuroso..., un sonido como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. Yo jadeaba, tratando de recobrar el aliento, y, sin embargo, los policías no habían oído nada. Hablé con mayor rapidez, con vehemencia, pero el sonido crecía continuamente. Me puse en pie y discutí sobre insignificancias en voz muy alta y con violentas gesticulaciones; pero el sonido crecía continuamente. ¿Por qué no se iban? Anduve de un lado a otro, a grandes pasos, como si las observaciones de aquellos hombres me enfurecieran; pero el sonido crecía continuamente. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer yo? Lancé espumarajos de rabia... maldije... juré... Balanceando la silla sobre la cual me había sentado, raspé con ella las tablas del piso, pero el sonido sobrepujaba todos los otros y crecía sin cesar. ¡Más alto... más alto... más alto! Y entretanto los hombres seguían charlando plácidamente y sonriendo. ¿Era posible que no oyeran? ¡Santo Dios! ¡No, no! ¡Claro que oían y que sospechaban! ¡Sabían... y se estaban burlando de mi horror! ¡Sí, así lo pensé y así lo pienso hoy! ¡Pero cualquier cosa era preferible a aquella agonía! ¡Cualquier cosa sería más tolerable que aquel escarnio! ¡No podía soportar más tiempo sus sonrisas hipócritas! ¡Sentí que tenía que gritar o morir, y entonces... otra vez... escuchen... más fuerte... más fuerte... más fuerte... más fuerte!
-¡Basta ya de fingir, malvados! -aullé-. ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones! ¡Ahí... ahí!¡Donde está latiendo su horrible corazón!